martes, 12 de julio de 2011

No podría


Despertar un buen día y ver que todo ha cambiado. No sólo un cuerpo herido, maltrecho, reconstruido. No sólo la inmovilidad que el recuperarse plenamente exige. Despertar en un hospital y no saber dónde estás. Y cada que pronuncio tu nombre no me dicen las cosas claramente. Hay que descansar.

No me oculten la verdad. Díganme qué pasó, díganme dónde estás. Tanta renuencia sólo me huele a que ha pasado lo peor. No me lo quiero imaginar, y nadie me lo quiere negar o confirmar. ¿Dónde estás? ¿Dónde estás? ¿Cómo estás? ¿Cuándo te veré?

Llegar a la idea de que ya no estás. De que ya no te veré. No, no podría. No sé si yo tendría la fuerza, la templanza, la paciencia, el valor necesario para afrontar una vida sin ti. No así. No arrancado de tajo y sin tiempo de despedidas.

Dios todo lo hace por un motivo.  Es de las pocas cosas que tengo claras en esta vida. Pero si yo estuviera en su lugar, no podría afrontarlo. Por fortuna, yo no soy ella. Ella siempre fue más alegre, más paciente, más madura que yo. Y él siempre fue animado, bondadoso y tierno. Confío que desde donde está la cuidará y la guiará.

Templanza, fortaleza. Cordura. Mis oraciones están con Liz. Porque Rodrigo ya descansa en paz y él ya está con Dios.

2 comentarios:

Alberto Tensai dijo...

Yo no sé si podría. Sé que lo intentaría, pero no sé si podría encontrar la fortaleza suficiente...

Unknown dijo...

Yo de plano sé que no podría. Obvio intentaría seguir adelante. Pero creo que sería muy por inercia y en automático. Confío no tener que verme en esa situación.