martes, 24 de mayo de 2011

Compromiso


Se sienta junto a la ventana, toma el cuaderno y empieza a escribir. Tiene sueño y le duele la espalda, el trabajo ha sido pesado, pero no se queja, se alegra de tener trabajo. Sin embargo, hoy que descansa, se sienta tranquilamente junto a la ventana, con la pluma en una mano y el cuaderno en la otra y empieza a escribir. En general es feliz, aunque últimamente se ha sentido de lo más desubicada. Suspira, da un sorbo a su café, y redacta.

Te extraño. Hace mucho que no estoy contigo y ya me haces falta. Así que aquí estoy, tratando de alejar la distancia por medio de las palabras. Ya lo sé, eso de las cartas ya no se estila. ¿Para qué, si está el correo electrónico? Llámame anacrónica, pero nada como el papel en la mano y la tinta en los ojos. En fin, ya me desvié. Decía que te extraño. Tanto tiempo lejos de ti me hace daño. Es fácil decir que es normal: la vida,mi novio, el trabajo, los proyectos. ¿Pero para triunfar en la vida uno debe sacrificar las relaciones que más le importan, esas que alimentan el alma?

Me niego. Por eso estoy aquí, café en mano, dejando al mundo de lado. No se trata de huir, no me malentiendas, se trata de pasar un rato con esa persona que tanto quiero y que he dejado de lado tanto tiempo y tan fácil. Quererte... qué curioso que lo haga después de tantos años de conocerte. Te conocía, sabía que ahí estabas, pero ¿quererte? Creo que te subestimaba bastante. Claro, rutinas diarias, pendientes, amigos, familia... ¿dónde queda el tiempo para cultivar lo más importante? Es sencillo estar con una persona y darla por sentado y no quererla o darle el espacio que se merece. Así que prometo resarcirme contigo. Qué difícil, ¿te das cuenta? Pero de verdad, niña, te quiero y mucho. Así que no te dejaré de lado tanto  tiempo de nuevo ¿te parece bien? Hagamos un trato: yo te escribo y te consiento con detallitos y tú haces lo mismo.

Ahora sí, debo irme. Sí, ya lo adivinas. llegó mi novio por mí. Pero no te preocupes, porque la noche será sólo para ti, tendida en la cama. Tendrás toda mi atención hasta que te duermas. Y al día siguiente serás la primera persona con la que platique, la primera a la que salude. Más te vale estar sonriente ¿eh? Nada de quejas ni malos humores, no conmigo... aunque si llegas a estar de malas por supuesto que seré la que más fácil lo comprenda.

Ay, yo que me iba a despedir rápido, mi novio me espera. En fin... te veo al rato, en cualquier momento, en cualquier instante, en cualquier espejo o en los ojos de mi novio.

Besos

La joven se rió mientras doblaba el papel y lo guardaba en un sobre que se echó al bolsillo. Eso le hacía falta: un compromiso con ella misma. Quererse como nadie más la iba a querer jamás. Escribir, tomar café y escapar sólo con ella. Un pequeño escape.

Se levantó y fue hacia la puerta de entrada para abrazar a su novio y besarlo.

--¿Qué ta pasa, que traes la sonrisa pícara?

--Nada, sólo hablé con alguien a quien había dejado de lado.

--¿Ah, sí?

--Sí, creo que lo haré conf recuencia, me hacía falta.

Y sin decir más, tomó de la mano a su novio y caminó, tranquila, hacia la vida.

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